jueves, 2 de septiembre de 2010

245 A una dama que iva cubierta


Autor*Diego Gómez Manrique
El corazón se me fue
donde vuestro vulto vi,
e luego vos conocí
al punto que vos miré;
que no pudo fazer tanto,
por mucho que vos cubriese,
aquel vuestro negro manto,
que no vos reconociese.

Que debaxo se mostrava
vuestra gracia y gentil aire,
y el cubrir con buen donaire
todo lo magnifestava;
así que con mis enojos
e muy grande turbación
allá se fueron mis ojos
do tenía el corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario