Autor*Miguel Ángel Muñoz
Poema de largos versos,
que places mi voz,
Paseando en la tarde
sin mi corazón,
¿Dónde está? .- pregunta la hada curiosa,
¿Dónde fue?, ¿Cómo se perdió?,
¿quién guarda sus latidos?,
¿quién ancló a su pecho, tal amor?,
El bosque suspira,
La tarde acabó
Yace la vida preciosa,
Lejos de mis ojos,
Yace tu cuerpo lejano,
Anhelando mi perdón.
Lo siento Miguel... me doy cuenta que sigues amando. Así son estas cosas, no se pueden olvidar esos momentos tristes o alegres que tuvimos con la persona que amamos. En mí todavía hay recuerdos que avivan esa llama, y te voy a participar de uno de ellos:
ResponderEliminarMIRADAS CULPABLES
Desde lejos ví como me mirabas
y despertaste en mí la timidez.
No sé qué tanto veïas o pensabas,
pero eran tus miradas de embriaguez.
Una sonrisa dibujó tu rostro...
Y un pensamiento extraño frunció mi ser:
"Cómo desde tus ojos me podrás ver,
mendigando amores... quizá muy tosco".
...¡Qué tanto tú me mirabas mujer
si tu vista comenzó a incomodarme!
Su respuesta al lector no ha de ofender:
"Es tu porte varonil para amarme
que mi cuerpo a llevado a estremecer
¡sos tan culpable como yo... al mojarme!"
... esas pequeñas cosas hacen de la vida tan importante !
Carlos